Gaudens - Elogio a la Constructiva Crítica

Elogio a la Constructiva Crítica

¿Cómo te sentís cuando alguien te señala algo que podrías mejorar? 

¿Te abrís a la conversación? ¿Te ayuda a crecer, o te deja una sensación incómoda, como de juicio o exposición?

La crítica, en su forma más común, suele estar sobrevalorada. Desde mi punto de vista, esta carece de valor real cuando no viene acompañada de un enfoque verdaderamente constructivo.

La crítica por sí sola puede empuñarse como un arma de desacreditación a otro. De igual modo, para realizar una crítica no se requiere ninguna calificación o esmero: cualquiera puede lanzar una piedra.

Construir a partir de una crítica exige algo mucho más profundo: empatía. Implica ponerse en los zapatos de la otra persona, comprender su contexto, su punto de vista, su historia. Y es en esa búsqueda de empatía donde se genera el sentido de pertenencia.

De hecho, podríamos decir que la crítica en sí misma es 1.0, mientras que la crítica constructiva es 2.0. ¿Por qué? Porque en esta última, importa el otro. Y ese otro puede ser nuestro jefe, un compañero de trabajo, un amigo, nuestra pareja, un hijo, un padre, un mozo, azafata o chofer de colectivo.

 

El ejercicio del “buen” Feedback

Dar Feedback es todo un aprendizaje… es una habilidad que se aprende y se entrena. Sin embargo, en los valores que predominan en nuestra sociedad, muchas veces la crítica está escindida de lo constructivo, lo cual genera bloqueos, malentendidos y roces en la comunicación.

Sócrates, entre sus enseñanzas y reflexiones nos dejó una herramienta poderosa para mejorar el diálogo: los tres filtros. Antes de empezar a hablar, hacernos tres preguntas esenciales: 

1. ¿Es verdadero?
¿Con qué datos contamos? Cuán importante es revisar nuestra perspectiva. ¿Estamos confirmando algo basado en evidencias o simplemente reforzando nuestras creencias y sesgos?

2. ¿Es necesario?
¿Vale la pena decir esto ahora? ¿Aporta? Poder establecer un equilibrio entre nuestra intensidad y el hábito de algunas cosas dejar pasar también es una forma de sabiduría.

3. ¿Es amable?
La amabilidad es un gesto de humanidad. Seamos atentos y empáticos, cada persona con la que nos cruzamos puede estar librando su propia batalla.

Hacer este pequeño ‘chequeo’ antes de hablar puede funcionar como una póliza de seguro para el encuentro. Y, desde el punto de vista de los resultados, esto suele dar frutos muy valiosos.

En la arquitectura organizacional, los espacios de ajuste mutuo, esos donde se ponen en juego diferencias, acuerdos y negociaciones, son imprescindibles para crear climas saludables y relaciones sostenibles.

 

Cuanto más entrenemos nuestra capacidad de ejercer una crítica constructiva, tanto en lo individual como desde lo colectivo, la implementemos y sea parte de nuestra cultura, al final del proceso encontraremos canales de comunicación más desarrollados, flexibles y efectivos. 

Una cultura que nos habilita a hablar mejor, a escuchar más profundamente, a resolver con mayor inteligencia. Una cultura que empieza en el trabajo, pero que impacta en cada ámbito de nuestra vida.

Leonardo Rosso | Director Gaudens 

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